lunes, 20 de mayo de 2019

La “Semana de Mayo”
El 14 de mayo de 1810 llegó al puerto de Buenos Aires una fragata inglesa que traía periódicos que informaban que la Junta Central de Sevilla había caído ante los franceses. En España, esta Junta había asumido la autoridad política desde que el rey Fernando VII había sido tomado prisionero por Napoleón y obligado a abdicar.
La novedad desencadenó un proceso revolucionario que grupos de criollos preparaban desde hacía tiempo en cafés y en regimientos.
Los criollos solicitaron al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros la realización de un “cabildo abierto”. Esta era una acción prevista en el derecho español de la época: cuando el trono se encontraba vacante, la soberanía (es decir, la autoridad política) volvía al cabildo.
Cisneros no estaba de acuerdo con la convocatoria al “cabildo abierto”, pero no pudo impedirla. Fueron invitados cuatrocientos cincuenta vecinos, seleccionados entre la “gente decente” de la ciudad. Solo concurrieron doscientos cincuenta y uno.
El cabildo abierto


El 22 de mayo, el “cabildo abierto” debatió acerca de si el virrey debía cesar, o no, en sus funciones. Afuera, en la plaza, Domingo French y Antonio L. Beruti encabezaban la “Legión Infernal” que presionaban a los miembros del Cabildo Abierto para que votasen en favor de la destitución del Virrey Cisneros, allí  esperaban  novedades.
El obispo de Buenos Aires, Benito Lué, sostuvo que mientras hubiera un español en América, a ese español los americanos debían obediencia.
Juan José Castelli, uno de los criollos que integraba el grupo de revolucionarios, respondió afirmando que las colonias pertenecían a la Corona y no a los españoles. Y que, por lo tanto, estando el rey prisionero, la autoridad volvía al pueblo. Y que era el pueblo el que, por medio del voto, debía elegir el nuevo gobierno. El fiscal de la Audiencia de Buenos Aires, Genaro Villota, sostuvo entonces que Buenos Aires no tenía derecho a decidir, por sí sola, una cuestión tan importante y que debía consultar a las otras ciudades del virreinato.
El abogado Juan José Paso, quien también integraba el grupo de revolucionarios, respondió diciendo que la situación era muy grave, y que como capital virreinal, Buenos Aires podía tomar medidas urgentes con carácter provisional y consultar después a las ciudades del interior.
Cornelio Saavedra, criollo y jefe del Regimiento de Patricios, dijo entonces que el virrey debía cesar en el mando y que el Cabildo debía asumir el gobierno de la colonia.
La “Primera Junta” Provisional de Gobierno
El 24 de mayo el Cabildo designó una junta de gobierno integrada por dos criollos y dos peninsulares y presidida por el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. Los criollos que controlaban las milicias no aceptaron esta decisión y los miembros de esta junta tuvieron que renunciar.
Con el apoyo de las milicias urbanas, el 25 de mayo los criollos impusieron al Cabildo una nueva junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra.
Cornelio Saavedra, comandante del Regimiento de Patricios, nacido en Potosí, era uno de los oficiales milicianos con más autoridad. Propuso políticas moderadas y representó los intereses de los grupos criollos que pretendían transferir los privilegios de funcionarios y comerciantes españoles a los nuevos funcionarios y hacendados criollos.
Los vocales de esta Primera Junta Provisional de Gobierno fueron: el militar Miguel de Azcuénaga; los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu, el sacerdote Manuel Alberti, y los abogados Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
Los secretarios de la Primera Junta fueron el abogado Mariano Moreno y el abogado Juan José Paso.
Moreno, Belgrano y Castelli estaban de acuerdo con las ideas de la Ilustración y conocían el proceso de la Revolución Francesa. Ellos fueron partidarios de las reformas más radicalizadas.
Algunos criollos revolucionarios eran partidarios de declarar la total independencia de la metrópoli. Sin embargo, la nueva Junta Provisional de Gobierno se presentó como heredera de las autoridades metropolitanas y en una proclama dirigida al pueblo manifestó su fidelidad y obediencia al monarca español.
Autores: Fernando Dunan y María Ernestina Alonso
Coordinación autoral y responsable disciplinar Ciencias Sociales: María Ernestina Alonso

Fuentes:
Alonso, M., Elisalde, R. y Vázquez, E., Europa moderna y América colonial, Buenos Aires, Aique, 1994.
Halperín Donghi, Tulio, De la revolución de independencia a la confederación rosista. Buenos Aires, Paidós, 1985.

Con el 25 de Mayo nace el ideal de la patria libre, progresista y generosa. No es solo celebración, o mero gesto, estas voces que llegan a través de la historia, van señalando el ritmo y la acción del presente y del futuro.

Ahora reflexionemos sobre este proceso, en nuestro país, en Córdoba, en nuestro colegio.

(Algunas preguntas orientadoras)
  1. ¿Qué valor le damos hoy a la revolución de mayo?
  2. En el pasado, esta tierra dependía de la Corona de España, no éramos libres, hoy ¿qué valor le damos a la libertad? ¿Qué significa ser libres?.¿Cuándo nos sentimos libres?
  3. ¿Qué relación podemos establecer entre la libertad, la revolución , igualdad y justicia?
-Los invitamos a que juntos como grupos, luego de haber debatido plasmen las conclusiones a las que arribaron en los puntos anteriores en un/a: Buscar una canción (o crearla) que representen sus conclusiones, la misma puede ser presentada durante la puesta en común, realizar una explicación de por qué la eligieron o cantarla.

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